Es por un «fallito» de un nervio que se pone un poco tonto de vez en cuando, por ejemplo cuando comemos muy rápido.
Para respirar usamos un músculo muy importante que está justo debajo de los pulmones, el diafragma, y unos músculos que tenemos en la zona de las costillas. Cuando apretamos el diafragma, sube y llenamos los pulmones, y cuando lo relajamos, baja y los vaciamos. Esto está controlado por un nervio que da la orden, pero cuando este nervio falla y le da por cambiar el ritmo, el diafragma se contrae como de sopetón y inspiramos de golpe. Esa pequeña inspiración hace que se te cierre un poco la garganta y se produce el sonidito típico de hipo.
Si alguna vez te da hipo, una forma muy útil de quitarlo es expulsar toooodo el aire de los pulmones y aguantar un poco la respiración (sin pasarte, no vayas a ahogarte…).
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